padres del desierto

Corría el año 313 cuando Constantino convirtió el Imperio Bizantino al cristianismo. Surgió entonces una corriente ascética que llevó a mucha gente a retirarse en el desierto, a seguir una pauta de vida escueta, simple, evitando las vanaglorias mundanas.


Terminaron algo obsesionados con la concupiscencia y todo lo que suponga un goce, un placer. Obsesión que la Iglesia de los obispos acabaría imponiendo como marca distintiva de la casa.


Evagrio Póntio fue un padre del desierto apodado el solitario. Vivió entre 345 y 399, 54 años. Fue monje y asceta. En 375, a los 30 años de edad, enumeró la lista de los ocho logismoi o malos pensamientos, que pasarían a ser los pecados capitales:

1 gula
2 lujuria
3 avaricia
4 tristeza
5 vanagloria
6 ira
7 orgullo
8 apatía, acedia

¿Porqué 8? Me gusta suponer que por facilitar su memorización. Lista que más tarde, en 590, Gregorio el Magno redujo a 7 uniendo la apatía y la tristeza en pereza, la vanagloria y el orgullo en soberbia, y añadiendo la envidia, con lo que la lista quedó reducida a 7.


Puede parecer raro que considerase la tristeza un pecado y no incluyese, por ejemplo, la venganza, el egoísmo, la mentira o la hipocresía.
Pero las palabras (https://www.librosdeleer.es/palabra/) tienen esas cosas, que a lo largo de su historia van mutando el significado o las connotaciones.


En cualquier caso cualquier “mal pensamiento” se puede asimilar a alguno de los pecados de la lista, que era el interés inicial de Evagrio.


Por ejemplo, Dante consideraba la ira como un amor desmedido de justicia que se pervertía en venganza y resentimiento.


Pues con esos mimbres, Evagrio fue escribiendo apotegmas y adagios, lo que hoy podríamos considerar memes, invitando a la vida sana.


Como si hoy pensásemos en el advenimiento de la informática como una revolución parecida a la cristianización del imperio, y a los emprendedores e influencers en general como los padres del desierto que se han retirado a su pantalla web desde donde predicar sus recetas de la buena vida y el buen comercio.


Las cosas de la creencia y la religión siempre han pertenecido al ámbito íntimo de cada persona. Por eso igual no es mala idea acudir al análisis de los pecados capitales como catálogo a repasar para aquilatar los ritmos que el teletrabajo impone.


Incluso establecer parangones entre los ocho pecados originales y las ocho nobles verdades del budismo o los ocho grados de discernimiento del yoga. ¿Porqué 8?

Rastro-ristra (fio): pecado concepto, por aclarar; pecado decel, por profundizar; padres del desierto, por buscar raices; lista de pecados, por “contar” la historia; pecado original, en el origen.

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