Dos conceptos. Uno que acepta tratamiento. El otro no. El miedo se puede paliar. La muerte no. Razón suficiente para no temerla.
Aunque no podamos evitar el temor a la muerte, sí podemos aminorarlo de tres formas: ignorándolo, buscándole el lado amable, o convirtiéndolo en fuente de aprendizaje e inspiración.
Para ignorarlo tenemos el argumento definitivo de Epicuro en su carta a Meneceo: la muerte no existe; mientras no llega, no es nada; y cuando llega ya no somos.
Para hacerla amable hay dos poemas, uno de Rabindranah Tagore que la convierte en la puerta de algo mejor, y otro de Koraku, un poeta del siglo XIX que resalta lo insignificante que resulta el cambio de estatus entre el ser y el no ser.
La alegría de las gotas de rocío
en la hierba cuando van
transformándose de nuevo en vapor.
Koraku. Filósofo zen. 1837
El de Tagore dice así:
La muerte no es apagar la luz
es apagar la lámpara
porque ha llegado el amanecer.
Rabindranah Tagore
De Tagore conviene recordar otro poema, siempre buscando al lado positivo de la existencia:
Si de noche lloras por no ver el sol,
las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.
Rabindranah Tagore
.
Y buscando el lado amable, pero sin concesiones, haciéndolo productivo, hay un texto de Emi (https://substack.com/@autodesconocimiento) que reconforta. Está en https://www.autodesconocimiento.com/p/se-preparan-para-morir?publication_id=774001&post_id=159012541&isFreemail=true&r=6kgtm&triedRedirect=true .
.
Para poder encuadrar ese miedo hay un artículo clarividente publicado por Neus Tomás en marzo de 2023: https://www.eldiario.es/cultura/aprender-morir-no-pille-desprevenido_1_9987310.html
.
Y un libro publicado en 2022 por la rabina francesa Delphine Horvilleur comentado en La Antigua Biblos (https://laantiguabiblos.blogspot.com/2025/03/vivir-con-nuestros-muertos-delphine.html)
Un gran tratadista del miedo es Krishnamurti, autor que admiro como maestro honesto por su discurso de 1929 (https://www.librosdeleer.es/la-honradez-honesta/). Lo dejó dicho por escrito y en sus charlas.
