Generaacciones

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En una etimología alucinada podemos leer las generaciones como las generadoras de acciones.

Pero si ponemos los pies más en el suelo, tenemos que considerar las generaciones simplemente como las sucesivas olas de individuos que, al pasar el tiempo, van cumpliendo 20, 40, 60, 80, 100 años. La generación de los 120 años ya no sería una generación porque se cuentan con los dedos de una oreja.

Aplicado al tercer milenio, tenemos ya configurada la primera generación adulta (la que cumplía 20 años en el cambio de milenio el año 2001), que igual bien estudiada no es tan distinta a la primera generación del siglo anterior, aquella que alrededor de 1898 cumplía 20 años. Pero eso ya es cuestión que dirimirán otros. A mí me interesa ésta.

Jesse Pinkman es el protagonista (secundario en un primer momento, aunque principal al final) de la serie Breaking Bad, que me cuesta poco ver como el modelo de la primera generación adulta del siglo XXI. Un adolescente inmaduro aunque sagaz, que termina el bachillerato a regañadientes, ya pensando en beneficiarse del lucrativo mercado de las drogas. Que pasa a mayores en eso del tráfico cuando el azar le cruza a su profe de química que le propone fabricar el mejor producto del mercado. Y que termina buscando la forma de liberarse de su pasado (en la película “El Camino”) empezando una nueva vida, privilegio que se puede permitir gracias al abundante provecho de su vida disipada.

Así considerado lo podemos contemplar como modelo del actual cuarentón de éxito. El resto, quien no ha tenido éxito y tiene que afrontar su tránsito hacia los 60 contando con seguir trabajando y probando fortuna, lo podemos ver en los personajes secundarios. Su colega le termina confesando que para él es “su héroe”. Y ¿qué no se hace por un héroe?.

El modelo de éxito de esta primera generación (dejando aparte a los que han dado el pelotazo y se han encumbrado al olimpo de los futbolistas o las estrellas de cine) está en los youtubers o emprendedores, que han encontrado en la implosión de internet su mercado de las drogas, en este caso legales como la necesidad generalizada de saber.

O la necesidad imperiosa de vender para ganarse el pan. Dos sectores, la enseñanza y la venta, claramente en alza y que pueden ayudar a enfocar por dónde queremos conducir la sociedad que le dejemos a nuestros hijos.

Ya lo avisaron los técnicos el siglo pasado: Internet nos permite cambiar el mundo, sólo falta saber hacia dónde queremos ir para darle forma.

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