Quejumbre

Quejumbre de herrumbre

“Quejarse no sirve de nada”, decimos a menudo cuando nos vemos acorralados.

Es cierto, llegados a un punto, la queja no sirve, hay que actuar. Y la primera acción positiva es evitar la queja.

Alguien daba el argumento definitivo: quejarse sale muy caro. Caro en energías porque, (así como la leña calienta dos veces, una cuando la recoges o la tronzas, y otra cuando arde) la energía que consumes en quejarte, se la estás restando a lo que haya que hacer para solucionar la queja.

Es decir, que la queja funciona como el hierro oxidado, si la dejas instalarse acumula herrumbre que se alimenta a sí misma. Hay que quitar el hierro del ambiente húmedo para que deje de crecer, como hay que sacar la queja de su ámbito de acción para que amaine.

20-12-22

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